Todos podemos morir hoy, incluido tú

 

“Lo único seguro que hay en esta vida es que vamos a morir”.

Me encanta hablar de la muerte.

Te puede parecer poco normal, pero es un tema que siempre me ha suscitado curiosidad.

Con el paso de los años he visto una evolución en mi manera de ver este tránsito hacia lo desconocido:

  • Cuando era niña me generó atracción y miedo porque desde bien pequeña empecé a ver después de muertos a los familiares más cercanos.
  • De adolescente y con la religión cristiana muy confirmada, pasé etapas de verdadero dolor, por la pérdida, por el vacío.
  • Ahora entiendo la muerte como una liberación, el abandono del cuerpo para volver a nuestro origen y, pese a la tristeza de la pérdida, la alegría por la nueva vida que tiene delante el ser que se ha ido, es mayor.

Así, dejo de ver la muerte egoístamente sin pensar en lo que yo he perdido, si no que intento entender el camino de esa Alma que se va y le deseo un buen viaje.

 

La muerte está presente cada día

La muerte y la vida están unidas, porqué solo con esa unión podemos crecer como humanos.

Ahora entiendo que podemos morir y seguir vivos, que es posible sentir el mismo dolor por nuestra propia muerte, aunque cada mañana nos veamos reflejados en el espejo.

Sí, respiramos, pero hay situaciones que te hacen morir, dejar atrás esa vida o película que te habías creado y sentir que caes, que tu cuerpo no responde, que estás sola, que no hay nada más… y después, con el tiempo necesarios, vuelves a nacer. Siempre es así.

 

Cada día hay plantas que marchitan y vuelven a renacer.

Cada día hay experiencias que vives y que no volverán a ocurrir.

Cada día hay miradas que sientes con un gran amor y que puedes dejar de ver.

La propia palabra, tras pronunciarla se va muriendo.

Sólo estos estados de muerte y renacimiento son los que producen el verdadero cambio en la vida.

Morir en paz debe ser tu gran reto

 Morir en paz cuando llegue el momento, sea el que sea, para eso es para lo que nos tendríamos que preparar.

Porque aunque no queramos hablar del tema, la muerte acecha a todos y cada uno de nosotros, y no sabemos si será hoy, mañana, o dentro de 20 años.

Incluso, para entender y sobrellevar mejor la muerte de los que tenemos al lado, es necesario verla y hablar de ella sin miedo.

El miedo puede paralizar nuestro momento más importante y bloquear el camino hacia la luz de los que nos dejan.

 

Qué hacer para morir en paz

 

Siempre llega un momento en el que nos interesamos por esta parte de la vida.

Cuanto antes nos preguntemos qué pasa, antes podremos conseguir que morir en paz no sea una quimera.

Únicamente hace falta tener el valor para hacer balance de nuestra vida estando vivos y preguntarnos si, en el caso de marchar ahora, sentiríamos algún remordimiento por no haber dicho o hecho algo, no haber dicho o hecho algo a alguien, haber hecho algo que perjudique a alguien…

Únicamente hace falta tener el valor de sanar en vida todo aquello que nos produce dolor ahora, porque con la muerte se intensifican nuestras emociones terrenales.

Sanar nuestra relación con los padres, con los hijos, con la pareja, con nuestros sueños, con nuestros proyectos…

Para morir en paz es necesario recurrir a teorías, prácticas y técnicas que faciliten la conexión con nuestro subconsciente para entender y resolver temas de esta y de otras vidas.

I así a conseguir ir al otro lado lo más limpitos de Alma posible.

Sandra Cabezas

Terapeuta y Maestra de Reiki Ryoho y Reiki Jitsu. Directora de Reiki Consciente, difusora del Reiki de Verdad, el que transforma sin límites y empodera. Un Alma aprendiendo y ayudando a vivir en este Mundo. Federada en la Federación Europea de Reiki Profesional.

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